Uno de los factores a tener en cuenta al momento de desarrollar una sesión de clases con niños, es sin duda alguna: La Seguridad.

Es por ello que es importante reconocer los riesgos propios de una clase de natación. Si bien la sesión debe ser protagonizada por un especialista en el área de la enseñanza de la natación, aún existe la posible aparición de eventualidades en el transcurso de la actividad. Dichas eventualidades, son más factibles cuando no se vigila la ratio, es decir, el número de niños que atiende el monitor. Puesto que, cuanto más alumnos tenga bajo su responsabilidad el docente responsable de la sesión, mayor es la posibilidad de enfrentar imprevistos negativos.

La falta de una normativa que obligue a adoptar medidas de seguridad para poder impartir cursos de natación en piscinas, preocupa desde hace años a los expertos en socorrismo acuático. Este “vacío legal”, como muchos se atreven a llamarlo, pone en riesgo la integridad de los participantes. “Unas directrices de prevención reducirían a la mínima expresión el número de accidentes.” asegura José Palacios Aguilar, profesor de la Facultade de Ciencias do Deporte e a Educación Física de la Universidade da Coruña y especialista en salvamento acuático.

El Profesor Palacios asegura en su libro Socorrismo acuático profesional que un aspecto clave en materia de prevención en cualquier actividad en el agua es la relación entre el número de alumnos y el monitor. Sin embargo, afirma este formador de profesores de socorristas, el tema suele pasarse por alto o bien atiende más a criterios económicos que de seguridad.

En base a su experiencia, Palacios sí fija un tope máximo de 5 alumnos por profesor en clases de iniciación y aprendizaje con niños de entre 2 y 5 años y propone que sus padres estén presentes. Si los pequeños tienen de 6 a 8 años, sube la ratio a 8 o 10 alumnos por monitor, a 10 o 12 si los niños tienen de 9 a 12 años y a 14 o 15 si su edad oscila entre 13 años y 18.

Esta información gana especial importancia en el año 2009, al conocerse el fallecimiento de un alumno durante la clase de natación de un colegio, donde se acostumbraba una distribución de 3 monitores y entre 17 y 20 niños de 3 a 6 años”. La ratio, en este caso, era algo superior a la recomendada por Palacios. Todo esto expuesto por el diario “La Voz de Galicia”, durante la investigación del caso.

Según el experto citado anteriormente, si se cumpliese el decálogo de seguridad que propone “nunca pasaría nada”. Entre otras medidas plantea la necesidad de concienciar a todos los alumnos del “riesgo controlado” que supone el agua, exigir monitores cualificados, que controlen a los alumnos en todo momento y que tengan los conocimientos y aptitudes físicas suficientes en salvamento y primeros auxilios.

 

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